Los tomates

El tomate es originario de América del Sur y fue introducido en Europa, donde hoy en día es altamente consumido. A modo de curiosidad, los europeos tardaron tiempo a añadirlo a su alimentación habitual, ya que sospechaban que ésta pudiera ser tóxica debido al mal olor y al mal aspecto de las hojas.

Es un alimento relativamente económico y que hoy en día podemos encontrar en el mercado durante todo el año.  Con el tomate podemos hacer multitud de platos y recetas, des de los más convencionales hasta los más originales.

Algunas cifras

Casi el 95% de su peso es agua: el tomate es un alimento muy poco calórico (unas 20kcal por pieza de 100g)

Es una fuente importante de fibra: 1,3g por pieza de 100g

Propiedades saludables

Aunque consideramos el tomate una hortaliza, des del punto de vista botánico es un fruto, ya que su aporte en azúcares es superior al del resto de hortalizas.

El tomate contiene carotenoides, compuestos antioxidantes el más abundante de los cuales es el licopeno. Este componente se encuentra principalmente en la piel y es el que da el color rojo vivo típico del tomate, aunque también lo encontramos en la parte carnosa. El licopeno protege las células del cuerpo de los radicales libres, implicados en el desarrollo de ciertas enfermedades cardiovasculares y otras ligadas al envejecimiento.

Además de contener mucha agua, el tomate es rico en potasio y pobre en sodio, por lo que se considera diurético: favorece la eliminación de agua. Sus aportes en vitamina C son también interesantes: del orden de 10 a 30mg por pieza de 100g.

Consejos e ideas

Hoy en día, el tomate es una de las hortalizas más consumidas en el mundo. Para satisfacer al consumidor, la industria alimentaria ha creado multitud de variedades, aunque muchas veces esto se traduce en un importante impacto en la pérdida de sabor. Por eso es recomendable comprar los tomates en mercados o tiendas locales donde éstos serán más frescos y seguramente más sabrosos.

Puede ser consumido de varios modos, desde ensaladas con mozzarella o simplemente con lechuga u otras hortalizas, en forma de zumo o sopa (gazpacho) y en sofritos acompañando carnes y pescados o incluso rellenos.

Sea como sea, el sabor del tomate estimula las secreciones digestivas y prepara el estómago para una buena asimilación de la comida.

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