El aceite de palma se encuentra actualmente en la composición de muchos alimentos fabricados industrialmente como bollería, helados, barras de chocolate, margarinas y otros. Es un aceite muy apreciado en la industria alimentaria ya que permite mejorar la textura de los alimentos y prolongar su conservación, además de ser poco caro y por tanto una muy buena alternativa industrial a los aceites hidrogenados (ricos en ácidos grasos trans).
En su composición encontramos principalmente ácidos grasos saturados, de los cuales el palmítico es el más destacado, un ácido graso con la propiedad de aumentar los niveles de colesterol en sangre y causar ateroesclerosis, por lo que se le atribuyen propiedades negativas para la salud cardiovascular.
Bajo la denominación “aceites vegetales”, en España y en muchos países de la Unión Europea, es difícil saber el tipo de aceite o grasa vegetal que contiene el alimento si leemos la etiqueta. En general se asocia la nomenclatura “aceites vegetales” a productos saludables, lo que en cierto modo es verdad, ya que la mayoría de aceites vegetales son insaturados, pero existen ciertas excepciones como el aceite de coco, el de palma y el de palmiste, de los que debemos limitar el consumo.
El aceite de palma es el más consumido en el mundo (un 25%) por delante del aceite de soja (24%), el de colza (12%) y el de girasol (7%). Actualmente 1 de cada 2 productos contienen éste aceite, y la demanda se ha crecido mucho en los últimos 40 años.
El aceite de palma se extrae por presión de la pulpa del fruto de la palmera. Para satisfacer las necesidades mundiales, 13 millones de hectáreas de bosque han sido destruidos en los últimos años. Las islas Indonesias de Borneo y Sumatra son las más afectadas, un 85% de sus bosques han sido deforestados y convertidos en plantaciones de palmeras para aceite.
Asociaciones como WWF y Greenpeace ya han alarmado del peligro que puede ocasionar la expansión de las plantaciones: desde un aumento de las emisiones de CO2 hasta la extinción del orangután por la destrucción de su hábitat natural.